La Finca Fuentillezjos, es el lugar donde nos hemos criado nosotros y las ovejas manchegas que siempre han estado viviendo en ellas, ya desde entonces hacíamos un buen equipo.
Estamos en Poblete, Ciudad Real, en pleno Campo de Calatrava, el lugar de la península ibérica con más monumentos volcánicos, de hecho, la Finca está entre la falda de un MAAR (laguna volcánica) el de La Posadilla -que además es un lugar protegido-, y los meandros que el río Guadiana forma frente a la Finca.
El paisaje de la Finca es muy tranquilo, su belleza reside justamente en esa serenidad que solo se rompe por la espectacularidad de sus cielos, tenemos atardeceres alucinantes y al alba es un placer comenzar a elaborar quesos después de ver amanecer.
Con 300 hectáreas, cultivamos el alimento de las ovejas y nos queda tierra para que ellas vivan tranquilas paseando entre maares y meandros.
Marrón en otoño, porque estamos preparando el terreno para sembrar la cosecha del siguiente año, verde en invierno, amarilla en verano, como un cuadro de Van Gogh y como un gran ramo de flores en primavera, son los colores de la Finca que nos acompaña en nuestro día a día, mientras miramos al cielo esperando que llueva cuando tiene que hacerlo y nerviosos mientras decidimos el momento justo para recoger la cosecha.
Alimentamos la tierra solamente con el estiércol compostado que generan las ovejas a lo largo del año, la sembramos con cereales y en verano es cuando cosechamos, después de la cosecha las ovejas salen a estas parcelas cosechadas para comerse los rastrojos (que es como se llaman a los resto de los cereales que quedan en el campo).